La formación a distancia no es algo nuevo. Desde los años 80 gracias a la televisión podíamos contar con innumerables cursos entere los cuales podíamos aprender a tocar guitarra, aprender un idioma incluso existían cursos de gastronomía mundial, los cuales estaban asesorados por materiales escritos como libros, catálogos, videos, contaban con un tutor al cual podíamos contactar a través de la línea telefónica. Hoy en día y gracias a los avances tecnológicos hablamos de teleformación como e-learning o aprendizaje electrónico, que se refiere a la educación a distancia a través de Internet. Es una formación completamente virtual que permite la interacción del usuario con la asignatura mediante herramientas como correo electrónico, foros, mensajería instantánea, redes sociales o plataformas diseñadas específicamente con esa finalidad. Y el b-learning (blended learning) se refiere al aprendizaje semipresencial. Es un proceso didáctico que conjuga el uso del e-learning con formación presencial. Es ahí donde hacen presencia las plataformas virtuales (LMS, del inglés Learning Management System), las cuales reciben distintos nombres, tales como “entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje” o “entornos de aprendizajes integrados”, “ambiente virtual de aprendizaje”, “Sistemas de Gestión del Aprendizaje”, “Sistema de Gestión de Curso”, “Sistema de Gestión de Contenido para el Aprendizaje”, “Ambientes de Aprendizaje Gestionado”, “Sistema de Apoyo al Aprendizaje”, “Plataforma de Aprendizaje.
En definitiva podemos decir que las plataformas virtuales educativas son
programas informáticos que administra el docente, en función de las necesidades
de formación de sus estudiantes, para establecer un intercambio de información
y opinión, tanto de manera sincrónica como asíncrona.